Bajamos al huerto y cogimos la coliflor, la rallamos, la mezclamos con queso rallado y una pizca de sal y la horneamos 20 minutos. Todo un espectáculo, solo nos quedaba añadirle los ingredientes: tomate, jamón, salchichas y queso. Otros 10 min al horno y lista para comer.
El trabajo mereció la pena porque de esta manera muchos niños que ni siquiera habían probado la coliflor pudieron comerla sin a penas darse cuenta.
Papis, mamis hay recetas muy divertidas de este tipo que os animo que realicéis en casa porque os van a ayudar mucho a introducir este tipo de alimentos tan saludables en la dieta de vuestros hijos.
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